A continuación figuran los relatos seleccionados para esta segunda entrega. Las especies de setas que los conforman, los temas tratados y el enfoque dado a dichos temas, son mas que variados. ¿ No fué demasiado exagerado el hacer un Certamen de microrrelatos micológicos tan general, en vez de enfocarlo sobre un único género o incluso en una especie determinada?
Al final aprenderemos todos de los nombres vulgares, de las características y propiedades de las setas y por supuesto, del comportamiento humano ante el hecho de encontrarse cara a cara con una seta
Título: Con duende y todo
Paseando un día con mi hermano pequeño, encontré una seta increíble, roja, con puntitos blancos, como las de los cuentos. Mi hermano creía en la magia y yo, para hacerle rabiar, me comí la seta allí mismo, “con duende y todo”.¡Vaya si tenía duende! Un duende con mala leche que me lanzó un hechizo vengador.Veía crecer mis manos y mi nariz, lloraba y sudaba, todo era brillante, de colores y olores fuertes. Me mareé y vomité mientras mi hermano corría a por ayuda.Me encantan las setas, pero ahora siempre miro dentro, por si acaso.
Autor: Kalma
Título: Condenada sin juicio
-¡Cuidado, ya está aquí!
Las malas lenguas corrieron la voz y en pocas horas el pueblo entero estaba prevenido. Ella, nueva en la zona, solitaria e inofensiva, era ajena al revuelo que provocaba. Aunque su presencia infundía temor, todo el mundo quería verle la cara. No tardaron en llegar los primeros insultos y las vejaciones más humillantes, que soportó con estoica resignación. Pero no pudo resistir las agresiones físicas: una patada brutal la dejó totalmente destrozada. ¡Pobre! ¡Qué culpa tendría ella de parecerse tanto a la Phalloides del otoño anterior…!
Autor: O demo
Título: El secreto de la oreja de palo
Venían a diario y se sentaban debajo de la Morera, le hablaban en silencio, sin pronunciar palabra, dejaban volar los sentimientos envueltos en cada hoja que se desprendía con la brisa y se elevaba muy alto como una esperanza oculta.
La Morera les hablaba con voces diferentes, cada uno creía escuchar la voz del otro en un susurro melodioso. La Morera inclinaba sus hojas hacia un lado.
Ella y él, sin saberlo, se encontraron debajo del árbol, supieron que estaban unidos en una misma sinfonía. La Oreja de palo escuchaba su silencio y se lo transmitía a la Morera.
Autor: Caminante
Información de interés:
Desde archivosdemicología consideramos que el trabajo creativo de los aficionados a la literatura micológica bien merecería ser conocido por todos. Por ello, mensualmente iremos colgando en el enlace abajo indicado, la mayor parte de los micomicrorelatos recibidos que por falta de espacio, y por no sobrecargar al personal, no han podido ser publicados en este blog.
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