Se retomaron, pasado el verano, las charlas de los UMMM, con un tema que estará muy de actualidad en los próximos meses en la Asociación Micológica.
En este caso se trataba de una aproximación al tema de la nomenclatura y de la taxonomía, que tantos sudores e insomnio nos produjo en su momento con las dichosas Boletaceae. Se puso de manifiesto que cambiar nombre y apellido (género y especie) en el mundo de la micología es algo frecuentisimo desde que el bueno de Linneo publico su "Species plantarum" en 1753. No ha habido, ni hay ni habrá micólogo que se precie, que no haya tratado de modificar el nombre científico de alguna especie. Y se puso como ejemplo a la seta de San Jorge,que desde aquel Agaricus georgii de Linneo, hasta la actual Calocybe gambosa (Fr.) Donk. de 1962, ha pasado por otros 8 (¡ocho!) nombres válidos en 5 diferentes géneros, incluyendo al Tricholoma georgii,de finales del XIX, y que por Estatutos figura tal cual como emblema de esta Asociación Micológica fundada en 1975.
A pesar del premio ofrecido a los asistentes de un fin de semana todo incluido en el Ritz de su elección, hubo que declararlo desierto. Faltaría mas.