Reliquias de San Jorge
Podríamos decir, sin lugar a dudas, que San Jorge es un santo ubicuo. Es raro el país
donde no haya alguna referencia al mismo. Sobre todo en la zona de Oriente Medio y
alrededores hay lugares que se disputan su cuerpo de mártir en una u otra tumba
como Siria, Turquía, Bulgaria, etc. sin hablar de la proliferación de sus reliquias, como
hongos ¡vamos! Es patrono de gran predicamento en innumerables lugares y por
diversos motivos; si no que se lo pregunten a nuestra Asociación, por ejemplo.
Es curioso; en poco tiempo me he topado con dos imágenes.
Una en la exposición temporal en varios puntos de León capital, ésta de la primera
foto concretamente en el Museo de León, sobre el tema apocalíptico que nos
recuerdan las guerras, las plagas, los migrantes, las epidemias o pandemias y un largo etcétera (recordad mi artículo del 20/03/20 en estas páginas). Curiosamente no le vemos a caballo como es la forma más habitual.
La otra me la topé ayer en la Exposición de Las Edades del Hombre en la edición de
este año y fue en la sede de la Catedral de Burgos, en honor a sus 800 años de historia,
donde había un vasto despliegue de pinturas, tallas y objetos bajo el lema LUX, que
también se despliega en Sahagún y Carrión de los Condes.
Cerca del final del recorridopor la propia catedral y sus magníficas capillas, reparé en un relicario y mi sorpresa fue mayúscula al ver que dentro había nada más y nada menos que “un brazo de SanJorge” -debía tener más brazos que cabezas el dragón-, anónimo procedente del tesoro catedralicio de de la Catedral de Salamanca, último cuarto del S.XV, fundido y repujado en plata sobredorada y con adornos de pedrería ¡lo que nos faltaba me dije! Pero enseguida pensé que esto había que divulgarlo y por eso, aquí lo tenéis.
Aparte de amante de las setas, soy también acérrimo seguidor de lo relativo al arte,
que no hay que esperar las lluvias para que brote, y por eso, antes de su fin en este
mes, me acerqué a Sahagún y Carrión de los Condes para ver todo lo que pudiera de la
exposición pero, aproveché las horas centrales del día y decidí ir hasta Burgos para
completar el recorrido. Me tocó niebla, lluvia y una paliza de coche pero mereció la
pena. No somos realmente conscientes del acervo histórico-artístico que tenemos en
Castilla y León y por supuesto en España.
Rafael Gallego