<In uno lugare manchego, pro cujus nómine non volo calentare cascos,
vivebat facit paucum tempus. quidam fidalgus de his qui habent lanzam in
astillerum, adargam antiquam, rocinum flacum et perrum galgum, qui currebat
sicut ánima quae llevatur a diábolo.>
Con estas palabras daba inicio Rafael Gallego, Presidente de
la Asociación Micológica
Leonesa San Jorge, a la lectura del primer capítulo del Quijote, traducido al
latín macarrónico por Ignacio Calvo a
finales del siglo XIX. Continuaron uno a
uno, el resto de los socios y socias, asistentes a la comida de hermandad que
cada año reúne a los aficionados micológicos con motivo de la festividad del
Santo Patrón. Y, circunstancias de la vida, coincide con el fallecimiento, o
entierro, de Miguel Cervantes cuatrocientos
años atrás.
Este año la gente de San Jorge se olvidó de las Calocybes, las Morchellas y los Psillocybes para
centrarse en Él. Fue ese nuestro homenaje.
Un gran homenaje.
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