Pio Font Quer o Pius Font i Quer (tanto monta, monta tanto) nace en Lérida en abril de 1888. Nadie mejor que él para ser el primer español en estas reseñas de Micología Histórica.
Hijo de Manuel Font (farmacéutico local) y de Sofía Quer, fijan su residencia cerca de Barcelona, estudiando Pio en el colegio de los Maristas y posteriormente, en la Universidad Barcinonense, la carrera de Ciencias Químicas. Pero siendo aficionado a la naturaleza, continúa sus estudios en la Facultad de Farmacia, la única que en su programa impartía la asignatura de Botánica y en donde tuvo complicaciones con su tesis sobre la flora de la comarca de Bages (Estudio fitotopográfico de Bages) tanto por problemas burocráticos como los derivados por la publicación previa de parte de ella, lo que le llevó a doctorarse en la Universidad de Madrid, la única en aquella época que podía conceder el título de Doctor.
Oposita y consigue plaza como farmacéutico de la Sanidad Militar, y con el rango de teniente es destinado a Menorca, para terminar con plaza en Barcelona, habiendo pasado previamente por Burgos y Madrid, y llegando a alcanzar como militar el grado de Teniente Coronel. En todos los destinos, incluido en norte de Marruecos, Font i Quer pudo dedicarse a su pasión por la botánica. Viene bien recordar ahora que hasta 1969 los hongos eran parte de las plantas, creándose como Reino con Whittaker.
Habiendo perdido, dicen que injustamente, las oposiciones a la Cátedra de Farmacia, Font se centró fundamentalmente en sus estudios botánicos en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, en donde el herbario (BC) alcanzó la cifra de los 200.000 ejemplares de pliegos en 1938, partiendo de los 1.500 que había a su llegada. Fueron esos años muy productivos en el estudio de plantas y hongos. Junto con los botánicos Pau (director del Real Jardín Botánico de Madrid) y Cuatrecasas (eminente botánico emigrado a Sudamérica tras la guerra civil española) funda y dirige la revista Cavallinesia, que marcó una época en el desarrollo de la botánica española.
Es durante esta época en la que efectúa múltiples prospecciones por las tierras del Mediterráneo Occidental (europeo y africano) incluidas Asturias y León (en este caso en la primavera de 1934) y en muchas ocasiones acompañado por eminentes botánicos y reconocidos micólogos. Entre ellos Joaquín Codina, Roger Heim, René Marie, Werner Rothmaler, Pearson y Rolf Singer. Todo ello daría lugar a múltiples artículos científicos y algunos libros.
Y es en 1935 cuando a propuesta de Pio, la Société Mycologique de France celebra su reunión anual en Barcelona, se amplía el número de especies micológicas conocidas en la región que llegaron a alcanzar la cifra de 1.371.
Precisamente fue en una de esas prospecciones botánicas donde, encontrándose con sus alumnos en la Sierra de Albarracín, en julio de 1936, quedaron todos ellos tras las líneas enemigas durante unos meses. Líneas enemigas que posteriormente atravesarían para llegar a Barcelona, lugar de partida. Ello fue la causa por la que en 1939 al acabar la contienda, y dada su condición de militar, fuera acusado de traición y desertor, condenado a solo 3 penas de muerte. Despojándole por ello de todos sus cargos y sueldos, excepto curiosamente el sueldo de militar retirado. Tras un año encerrado en el castillo de Montjuic, Pius Font i Quer quedó en libertad.
Fue durante el año que pasó en prisión cuando entró en el mundo de las plantas medicinales, por las que previamente no había mostrado interés alguno al considerarlas una pérdida de tiempo, pero basándose en la obra de Andrés Laguna, comenzó con la redacción de su obra más emblemática y conocida: “El Dioscorides renovado”. Libro que habiendo quedado anticuado, en lo relativo a los compuestos y principios activos de las especies descritas, sigue siendo de consulta obligada para todo aficionado a la naturaleza, habiéndose publicado si primera edición en 1961, siendo una auténtica novedad en su época.
Durante los años 50 del pasado siglo dirigió el Institut d´Estudis Catalans, de la que era miembro desde años atrás, y siendo asimismo miembro de la Real Academia de Ciencias de Barcelona, de la de Madrid y de la prestigiosa Sociedad Botánica de Ginebra.
En los pasados años 80 se creó en Madrid y en su honor la revista botánica Fontqueria. ¡Ahí es nada!
Tras múltiples honores, como el de ser nombrado entre otros, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Montpellier en 1959, Font Quer fallece repentinamente en enero de 1964, sin ver terminada su pendiente y magna obra referente a la Flora Hispánica.
Queda su obra y quedan sus recomendaciones. “Quien mucho abarca, poco aprieta” refiriéndose al estudio botánico. Aprender botánica estudiando grupos de plantas reducidos atendiendo a las pequeñas diferencias. Es fue su base.
El termino fontqueri hace honor a la labor científica de Pio Font Quer y son muchas las especies botánicas que lo portan. Y entre las fúngicas el Clitocybe fontqueri y el Spodocybe fontqueri.