Una familia de Camponaraya ingresa en la UCI por comer setas venenosas
El matrimonio de octogenarios y su hijo son muy aficionados a la micología pero se confundieron a la hora de identificar la amanita phalloide con una comestible
- 24/11/2009 MANUEL FÉLIX | PONFERRADA
La abundancia de lluvias y las altas temperaturas han hecho que los montes del Bierzo estén llenos de setas. De las comestibles, pero también de las venenosas, incluso capaces de acabar con la vida humana. De hecho, un matrimonio octogenario de Camponaraya y su hijo permanecen ingresados en el Hospital del Bierzo por haber ingerido, casi con toda seguridad, una Amanita Phalloide.
Según fuentes del centro sanitario, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) permanecen ingresados aquejados de una grave hepatopatía C.F.L., de 85 años, y su esposa S.F.C., de 82 años. Su hijo, de 50 años, J.J.L.F., superó la afección más grave de su hígado y se encuentra en una habitación de planta de medicina interna.
Los tres, vecinos de Camponaraya, son conocedores de las setas, pero en este caso confundieron la seta más venenosa de los bosques del Bierzo, la citada Amanita Phalloide, presumiblemente con una lepiota de pequeño tamaño. A simple vista la Amanita presenta en su sombrero un color verde oliváceo, aunque también puede ser amarillo e incluso blanquecino, y sus láminas son blancas y en ocasiones con reflejos verdosos.
Según indicaba ayer el experto veterinario y responsable de la principal asociación micológica del Bierzo, Manuel Bernardo, esta seta venenosa suelen confundirla con champiñones, con las del género agaricus, «pero es confundir una oveja con un caballo». «Pero, la gente, con las setas pierde el sentido de todo; son alimentos y hay que cogerlas en buen estado y no agusanadas, comiendo setas increíbles», indica. La Amanita se puede confundir con algunas especies como la Russula de color verde, pero esta última «no tiene ni volva ni anillo», o con la Psalliota (Agaricus arvensis), seta comestible de color blanco, «que tienen anillo, pero no volva, y sus láminas son rosadas, aunque, con el paso del tiempo, tienden hacia el marrón oscuro». Desde la asociación Cantharellus, Manuel Bernardo reclama una actuación de los políticos de la Junta de Castilla y León para regular la puesta en marcha de un centro para analizar y certificar la inocuidad de las setas que por estas fechas se recolectan en el Bierzo. Se evitarían así intoxicaciones.
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