martes, 16 de julio de 2024

Carlo Vittadini (1800- 1865)

       
              

Nacido en Monticelli ,  una aldea de San Donato Milanese en un 11 de junio, falleció en Milán un 20 de noviembre, sin relación esotérica alguna.

Hijo de unos modestos aparceros y habiendo quedado huérfano de padre a muy corta edad, y desconociéndosele afición alguna por la naturaleza, fue enviado a hacer el bachillerato a Milán, para posteriormente iniciar estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pavía. Y fue en Pavía donde Carlo entró en contacto con la Botánica, siendo alumno y posteriormente asistente del Profesor Guiseppe Moretti, quien le enfocó hacia la micología. De hecho, Carlo Vittadini presentó su tesis con el título de:Tentamen mycologicum seu Amanitarum illustratio” (Ensayo micológico e Ilustración de las Amanitas) atendiendo al aspecto toxicológico y en donde describe diferentes amanitas, entre ellas, la actual Saproamanita Vittadinii   Moretti.

Es entonces cuando, siendo ya asistente del Profesor Moretti en Pavía, se apunta a la llamada efectuada por Fries en su tercer volumen de Systema Micológicum, donde convocaba a la comunidad científica europea al estudio de las Tuberaceas e Hipogeos mediterráneos.

Vittadini se entregó a la búsqueda de hipogeos en los alrededores de Pavía, así como a visitar los mercados micológicos, más o menos cercanos, donde suponemos que el secretismo sería similar al actual. Esta búsqueda se tradujo en la publicación de la Monographia Tuberacearum, describiendo hasta 65 especies, de ellas más de 50 completamente desconocidas, respecto a las 5 descritas por el bueno de Fries.

Y una vez finiquitado el contrato que le unía a la Universidad de Pavía, Vittadini se dedicó a su profesión, siendo médico asistente y temporal (nada nuevo) en el Hospital Maggiore de Milán, y con posterioridad, asistente de la Cátedra de Obstetricia y cirujano temporal en el Hospital Esposti.  Es por entonces, cuando habiendo alcanzando un gran prestigio como estudioso de los hongos, Carlo recibió la invitación del agobiado Gobierno de turno ante el aumento de las intoxicaciones micológicas, para escribir y posteriormente publicar la “Descripción de las setas comestibles más comunes en Italia y de las venenosas que pueden confundirse con ellas”, obra en la que Carlo Vittadini, cortando las setas a lo largo por la mitad y colocándola sobre papel, contorneó con un lapicero su perfil exacto. A tamaño natural. Simple, pero nadie lo había hecho antes.

 Fue por entonces cuando gana en certamen convocado por la Academia de Ciencias de Turín, con el manuscrito   sobre la Monographia Lycoperdineorum, con ilustraciones de muchas de las especies descritas (algo habitual en Vittadini) y de las cuales más de una veintena eran nuevas para la ciencia y aun reconocidas muchas en la actualidad. Sería publicada esta obra en 1842. Y el lema acompañante no podría ser más claro:” Melius est notas exsactius define especie, quam novas plerumque incertas propone” (Es mejor definir con mayor precisión especies conocidas, que proponer otras nuevas, en su mayoría inciertas).

              

Por esos días es nombrado miembro correspondiente, y posteriormente ordinario, del Instituto Imperial Real Lombardo de Ciencias, Letras y Artes. En 1848, una vez expulsados los austriacos del territorio, con el inicio de la Primera guerra de la Independencia italiana o Guerra de Lombardía, el gobierno provisional contó con él para ocupar la presidencia de obstetricia como médico de cabecera, pero viéndose obligado a dimitir ese mismo año, con el regreso de los austriacos al mando del mariscal Radetzky. el del concierto de Año Nuevo en la Ópera de Viena.

Efectúa diferentes investigaciones, patrocinado por el Gobierno, parcialmente ajenas a la micología, en principio sobre el mal que afectaba, y diezmaba, a los gusanos de seda, llegando a la conclusión, como debería de ser, que el origen del mal era un Micromiceto del Género Botrytis. Algo parecido ocurrió con la plaga del oidio de la vid, que no deja de ser un hongo.

Retomó por entonces su afición al estudio de los hipogeos, en auge en toda Europa, en parte gracias a la obra de Tulasne y al descubrimiento y diferenciación de los basidios.  Pero dada la falta de actualización y puesta a día, consecuencia de los trabajos previos, Vittadini entró en una fase de agobio y depresión que solo le permitió dibujar unos pocos cientos de especies, sin ningún comentario adjunto.

Unos pocos años antes de fallecer fue nombrado Caballero y miembro de diferentes academias científicas.

Son múltiples las publicaciones micológicas de Carlo Vittadini, entre otras

-   Tentamen mycologicum seu Amanitarum Illustrato (1826)

 - Funghi hipogei. Monographia Tuberacearum (1831)

- Descrizione dei funghi mangerecci più comuni dell'Italia e de'velenosi che possono co'medesimi confondersi (1835) 

-    Monographia Lycoperdineorum (1842) 

- Trattato sui funghi mangerecci più conosciuti e paragoni con quelli velenosi con cui possono essere confusi (1844)

Asimismo, son también múltiples las especies descritas por Carlo o que fueron nombradas en su honor. Entre ellas:

-          Amanita vittadini. Moretti

-          Lanmaoa fragrans. Vittad. (Vizzini, Gelardi & Simonini )

-          Tuber melanosporum Vittad.

-          Tuber aestivum Vittad.

-          Leucoagaricus leucothites Vittad.

La abreviatura «Vittad.» se emplea para indicar a Carlo Vittadini como autoridad en la descripción y clasificación científica de los vegetales.

viernes, 5 de julio de 2024

Cantharellus friesii Quèl

 ATLAS MICOLÓGICO (CCXLVI)

 



 Descripción.- Se trata de un rebozuelo, al que si le quita el tamaño y la consistencia y se sustituye por algo más frágil y pequeño y se le añade un color anaranjado más vivo y unas cuantas anastomosis a mayores en los pliegues, nos encontramos en el Cantharellus friesii de toda la vida.

Apenas si alcanzan algunos ejemplares los 4 cm, creciendo habitualmente agrupada en terrenos musgosos, en plan semihipogeo, y en planifolios.

Fotografía.- Tomada en esta semana sobre musgo en el talud de un camino, bordeando un pinar situado en la margen derecha del rio Curueño. Para entendernos de una vez, en Gallegos.

Receta.- Comestible, parece que de calidad similar al mismo rebozuelo, con el comparte culinaria. En archivosdemicologia vemos más frecuentemente la seta de San Juan, por lo que tratamos de conservar esta otra especie.

lunes, 1 de julio de 2024

Una de rebozuelos


Estando a punto de terminar las fiestas San Juan, la familia Cantharellaceae sale a pasear, aprovechando el buen tiempo

Los abuelos un tanto ajados y descoloridos, pero en buenas condiciones físicas, guardan al grupo, del que llaman la atención los más pequeños, lozanos y revoltosos ellos, de color mucho más vivo y con los pliegues formando las anastomosis propias de la edad, que puede que se curen con el tiempo.

viernes, 28 de junio de 2024

V Escabechada

 

Es el escabeche un medio de conservación de muy diferentes alimentos en un medio ácido como es el vinagre o el vino.

Según el diccionario de la RAE ”el escabeche es la salsa o adobo que se hace con aceite frito, vino o vinagre, hojas de laurel y otros ingredientes, para conservar y hacer sabrosos los pescados y otros alimentos”. Y entre esos otros alimentos están, tradicionalmente, algunas especies micológicas. Y lo que, en su momento, fue una forma de conservar dichos  alimentos, con el tiempo entró en las cocinas de los grandes restaurantes.

Y toda esta parrafada lo es para justificar, e ir calentando motores con la convocatoria de la

“V Escabechada de San Jorge”

de la que próximamente se convocará oficialmente y se presentaran las bases. Insisto, para ir calentando motores con tiempo suficiente.

Ocurre que no todos son setas y son muchas las posibilidades. Y como para muestra bien vale un botón, dejamos una receta base de Pepe Solla

 

Ostras escabechadas

Ingredientes

-         Ostras

-         Aceite

-         Vinagre de vino

-         Cebolla, zanahoria, ajo, pimienta, tomillo y laurel.

 

Elaboración de las ostras

La receta de ostras escabechadas es bastante antigua, no se trata de una innovación de la cocina actual. En la literatura gastronómica de finales del siglo XIX ya hay alusiones a los barrilitos de ostras en escabeche que desde Galicia se expedían a Londres y otros puntos del Reino Unido.

Prepararlas es sencillo. Solo hay que tener una precaución: No mantener las ostras en el escabeche más de 24 horas, pues el vinagre seguirá cocinando las ostras y perderían su textura original.

Se abren las ostras con cuidado de no romperlas ni cortarlas. Procurar recuperar toda el agua que sueltan durante esta operación. Reservar en frío.

Elaboración del Escabeche

Preparar el escabeche limpiando las verduras, cortarlas en tiras y bastones para su posterior utilización y rehogar suavemente con el aceite, incorporar el vinagre y el agua de abrir las ostras.

Dejar cocer suavemente, retirar y dejar infusionar hasta que se enfríe.

Para escabechar la ostra existen dos métodos, poner en un cazo abundante agua con un poco de sal, introducir en ella las ostras y poner a fuego, vigilar y justo cuando quiera empezar a hervir, pero sin que llegue a ello, retirar, colar y cubrir rápidamente con el escabeche frío, dejándolo macerar por unas horas. Este método será más agradable para las personas a las que no les guste el tacto de las ostras crudas.

También puede hacerse por simple maceración sin ningún tipo de cocción de la ostra, de modo que esta conserve mucho más gusto marino.

Presentación

Volver a montar las ostras en sus conchas con las verduras del escabeche y aliñar con un poquito del escabeche de ostra.