Estuve pensando no darle réplica. No quiero hacer un " casus belli”. Así se escribe la historia. ¡La tergiversan! Pero Señor ¿que hemos hecho para merecer esto?. Eran las 8 de la mañana porque el Presidente de la Asociación Micológica San Jorge, tuvo que sacar sus galones cuando iniciamos la partida; si no hace uso de ellos da la hora de echar " la parva", es decir hacia las 11 de la mañana. Podéis creerme, me acompañaban dos perezosos. ¡Cuesta trabajo moverlos! Madrugaron una vez que se cayeron de la cama. De esto hace ya años. La cambiada de mano vino a reiterada y reiterativa petición del Sr. Cerezal. Ellos eran reacios, no entienden que " cuando en los sembrados crecen las amapolas sangrientas" (que diría el poeta) , el campo se resquebraja de calor, se agrieta, y hay que buscar las zonas más húmedas para poder ver algún vestigio de vida. Se apostó y apostilló que era un B. luridus, hasta llegar al convencimiento de que era un B. caucasicus. Borde del sombrero rodeado de una orla color naranja ( fijaos en la foto), pero el detalle característico: la carne de un color amarillo vivo y que permanece inmutable ( no torna a azul) y la base del pie vira a rojo( sin llegar a ser como en el B. queletii). Termino, no quiero ser muy duro, creo que fue Friedrich Dürrenmatt quien sentenció:" MALOS TIEMPOS CORREN, CUANDO ES NECESARIO DEMOSTRAR LA EVIDENCIA".
Julián Cerezal, de la Asociación Micológica San Jorge de León.
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