Nacido en Monticelli , una aldea de San Donato Milanese en un 11 de
junio, falleció en Milán un 20 de noviembre, sin relación esotérica alguna.
Hijo de unos modestos aparceros y habiendo quedado huérfano
de padre a muy corta edad, y desconociéndosele afición alguna por la
naturaleza, fue enviado a hacer el bachillerato a Milán, para posteriormente
iniciar estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pavía. Y fue
en Pavía donde Carlo entró en contacto con la Botánica, siendo alumno y
posteriormente asistente del Profesor Guiseppe Moretti, quien le enfocó hacia
la micología. De hecho, Carlo Vittadini presentó su tesis con el título de: “Tentamen mycologicum seu Amanitarum illustratio” (Ensayo micológico
e Ilustración de las Amanitas) atendiendo al aspecto toxicológico y en donde
describe diferentes amanitas, entre ellas, la actual Saproamanita Vittadinii Moretti.
Es entonces cuando, siendo ya
asistente del Profesor Moretti en Pavía, se apunta a la llamada efectuada por
Fries en su tercer volumen de Systema Micológicum, donde convocaba a la
comunidad científica europea al estudio de las Tuberaceas e Hipogeos mediterráneos.
Vittadini se entregó a la búsqueda de
hipogeos en los alrededores de Pavía, así como a visitar los mercados
micológicos, más o menos cercanos, donde suponemos que el secretismo sería
similar al actual. Esta búsqueda se tradujo en la publicación de la Monographia
Tuberacearum, describiendo hasta 65 especies, de ellas más de 50
completamente desconocidas, respecto a las 5 descritas por el bueno de Fries.
Y una vez finiquitado el contrato que
le unía a la Universidad de Pavía, Vittadini se dedicó a su profesión, siendo
médico asistente y temporal (nada nuevo) en el Hospital Maggiore de Milán, y
con posterioridad, asistente de la Cátedra de Obstetricia y cirujano temporal
en el Hospital Esposti. Es por entonces,
cuando habiendo alcanzando un gran prestigio como estudioso de los hongos,
Carlo recibió la invitación del agobiado Gobierno de turno ante el aumento de
las intoxicaciones micológicas, para escribir y posteriormente publicar la “Descripción
de las setas comestibles más comunes en Italia y de las venenosas que pueden
confundirse con ellas”, obra en la que Carlo Vittadini, cortando las setas
a lo largo por la mitad y colocándola sobre papel, contorneó con un lapicero su
perfil exacto. A tamaño natural. Simple, pero nadie lo había hecho antes.
Fue por entonces cuando gana en
certamen convocado por la Academia de Ciencias de Turín, con el manuscrito sobre
la Monographia Lycoperdineorum, con ilustraciones de muchas de las
especies descritas (algo habitual en Vittadini) y de las cuales más de una
veintena eran nuevas para la ciencia y aun reconocidas muchas en la actualidad.
Sería publicada esta obra en 1842. Y el lema acompañante no podría ser más
claro:” Melius est notas exsactius define especie, quam novas plerumque
incertas propone” (Es mejor definir con mayor precisión especies conocidas,
que proponer otras nuevas, en su mayoría inciertas).

Por esos días es nombrado miembro
correspondiente, y posteriormente ordinario, del Instituto Imperial
Real Lombardo de Ciencias, Letras y Artes. En 1848, una vez expulsados los
austriacos del territorio, con el inicio de la Primera guerra de la
Independencia italiana o Guerra de Lombardía, el gobierno provisional contó con
él para ocupar la presidencia de obstetricia como médico de cabecera, pero
viéndose obligado a dimitir ese mismo año, con el regreso de los austriacos al
mando del mariscal Radetzky. el del concierto de Año Nuevo en la Ópera de Viena.
Efectúa diferentes investigaciones,
patrocinado por el Gobierno, parcialmente ajenas a la micología, en principio
sobre el mal que afectaba, y diezmaba, a los gusanos de seda, llegando a la
conclusión, como debería de ser, que el origen del mal era un Micromiceto del
Género Botrytis. Algo parecido ocurrió con la plaga del oidio de la vid,
que no deja de ser un hongo.
Retomó por entonces su afición al
estudio de los hipogeos, en auge en toda Europa, en parte gracias a la obra de
Tulasne y al descubrimiento y diferenciación de los basidios. Pero dada la falta de actualización y puesta
a día, consecuencia de los trabajos previos, Vittadini entró en una fase de
agobio y depresión que solo le permitió dibujar unos pocos cientos de especies,
sin ningún comentario adjunto.
Unos pocos años antes de fallecer fue
nombrado Caballero y miembro de diferentes academias científicas.
Son múltiples las publicaciones
micológicas de Carlo Vittadini, entre otras
-
Tentamen mycologicum seu Amanitarum Illustrato (1826)
- Funghi hipogei. Monographia Tuberacearum
(1831)
- Descrizione dei funghi
mangerecci più comuni dell'Italia e de'velenosi che possono co'medesimi
confondersi (1835)
- Monographia
Lycoperdineorum (1842)
- Trattato sui funghi
mangerecci più conosciuti e paragoni con quelli velenosi con cui possono essere
confusi (1844)
Asimismo, son también múltiples las
especies descritas por Carlo o que fueron nombradas en su honor. Entre ellas:
-
Amanita vittadini. Moretti
-
Lanmaoa
fragrans. Vittad. (Vizzini, Gelardi
& Simonini )
-
Tuber
melanosporum Vittad.
-
Tuber aestivum Vittad.
-
Leucoagaricus
leucothites Vittad.
La abreviatura «Vittad.» se emplea para indicar a Carlo Vittadini como autoridad en la
descripción y clasificación científica de los vegetales.