martes, 31 de marzo de 2020

San Jorge y el Coronavirus




 DECIMOSEXTO DÍA DEL CONFINAMIENTO


Una conocida canción de la cantante gallega Luz Casal empieza así:


Cuando la pena cae sobre mi
el mundo dejará de existir,
miro hacia atrás y busco
entre mis recuerdos…


Impulsado por las circunstancias, eso estaba haciendo yo estos días: buscar entre mis recuerdos en la pila de cajas del trastero, y encontré por casualidad esta tarjeta, publicitaria en su reverso, en papel mate acartonado, de tacto especial. En tal reverso hay una foto de M. L. Espido Freire , escritora bilbaína y uno de los Premios Planeta más jóvenes. Al parecer esta imagen es la que figura en la portada de la obra. 

Mi postal
 
Se trata de una pintura de alrededor de 1470 de Paolo Uccello (pintor italiano de ese  s.XV  (quattrocento italiano) obsesionado por plasmar la perspectiva en sus obras, de la que Giovanni Antonio Canal, más conocido como“Canaletto” sería un maestro unos siglos más tarde. Se exhibe en la National Gallery de Londres. Antes perteneció al conde Lanckoroński de Viena. 

El cuadro completo

Traigo esto a cuento precisamente por las circunstancias que nos atribulan. Podría ser una representación de lo que nos ocurre en estos días. Por ahí anda un bicho invisible pero matón que nos tiene sitiados. Esa es la palabra, sitiados. No hace falta explicar lo que ocurría en una ciudad sitiada en la Edad Media por ejemplo. El enemigo estaba fuera y dentro. La diferencia es que hoy no hay murallas, entonces los sitiadores acababan entrando en la mayoría de los casos y hoy los habitantes de la ciudad se ponen a la defensiva pero sin murallas. Y, ¡claro! entra el enemigo por doquier; llamémosle virus. 

El virus sería el malvado dragón que nos amordaza como a la débil princesa y ahí entra en juego San Jorge en su caballo blanco, impoluto como la Sanidad misma, lanza del remedio en ristre, dejando atrás la amenazante nube vírica y al otro lado la cueva o guarida del virus-dragón. 

Lo de la negra cueva me trae a la memoria una frase del más que pesimista filósofo alemán, de origen prusiano, Arthur Schopenhauer que podría enunciarse en esta situación. Entre otras, era conocida su aversión y terror a dejarse cortar el pelo o afeitar porque desconfiaba del peluquero y sus instrumentos. Hablando de los filósofos antropologistas decía: “El fiolósofo antropólogo es semejante a un hombre ciego que, en una noche oscura, en una oscura cueva, busca un gato negro que no existe”

Arthur Schopenhauer. Danzing 1788-Frankfurt 1869


Algo así nos pasa de momento en la lid contra el Coronavirus; y espero que, por el bien de todos, no sea por mucho tiempo. Podéis ver en la web infinidad de frases célebres del mismo.
No caigáis en las falacias de los bulos. Al filo de esto, os sugiero que leáis lo del Mito o Símil de la Caverna del filósofo griego Platón (427-347 a. C) que podía aplicarse a las “redes sociales” de su época. Ánimo y no desfallezcáis.

Aporto así mi granito de arena contra este azote rompiendo una lanza contra el mismo como San Jorge y rogando encarecidamente que, si alguno tuviera una solución, no se la guarde por favor.

Rafael Gallego
A 30 de marzo de 2020, décimo sexto día del Estado de Alarma, 

Desde este foro, en nombre de la Asociación Micológica Leonesa San Jorge, queremos dar las gracias y animar a todos los profesionales públicos y privados que se están dejando la piel en la lucha diaria contra la pandemia que nos asedia.