Con fecha 17/2/2012 se publicó en la sección de La Biblioteca de Archivos de Micología una reseña del libro de Giuseppe Venturella sobre la obra Iconografía de Giuseppe Inzenga (1815-1887). Al hilo de esto y reparando en las publicaciones que contienen láminas o grabados, me complace ofreceros ésta que, más adelante, si Dios me da salud, se ampliará con algunas más. Con todos mis respetos hacia las excelentes fotografías que forman parte de de la mayoría de los tratados micológicos, me permito aseverar que los grabados tienen un mayor mérito al basarse en la creatividad del autor y no en la mejor o peor utilización de medios técnicos. ¡Qué sea nuestro homenaje a esos creadores!
Título:
SETAS
Textos: Andrée Cochand
Ilustraciones: Joaquín Chacopino, José Cubero
Edición en exclusiva para Altorrey, S.L.
© ULTRAMAR EDITORES, S.A.
San Andrés, 505 – 08030 BARCELONA
154 páginas – 23x15 cm
Hace unos años adquirí este hermoso libro, que os recomiendo, en una Feria del Libro Antiguo y de Ocasión en León. Lo que más atrajo mi atención fueron sus magníficas láminas llenas de vivos y fieles colores que bien pueden sustituir a las fotografías.
En la introducción, el autor nos traslada al uso de las setas en el antiguo Egipto para la obtención de ungüentos y alucinógenos; a Perseo, en la antigua Grecia, fundador de la ciudad de Miceba (mykés=hongo), origen de la civilización micénica, en agradecimiento a haberse salvado al poder beber el agua recogida en la copa de un hongo; al consumo de setas silvestres, incluso cultivos, en la antigua Roma, pasando por la asesina de Claudio, la A. phalloides y donde llamaban “fungus” a las sospechosas que causaban la muerte; al epigrama de Eurípides sobre los efectos venenosos de los hongos; a las referencias en los Vedas hindúes; a las primeras clasificaciones de los siglos XVI, XVII y ya en el XVIII las verdaderas con base científica de Pierre Bulliard, P.A. Michelli, padres de la Micología, E. Fries, H. Romagnesi, etc. Termina esta introducción con una definición y características generales de los hongos.
Dedica a continuación un primer capítulo a la Clasificación con un apartado sobre Cuantificación de las especies hablando de los microscópicos y macroscópicos con sus cualidades o características positivas y negativas, desde los que se emplean en medicina e industria hasta los que causan estragos en las cosechas; un segundo capítulo a La Micorriza y el hábitat de los hongos, con un apartado titulado Artículo de consumo o veneno sin antídoto; un tercer capítulo a Los hongos cultivados, con apartados sobre El humilde champiñón, La Rica trufa negra, ¡Salimos a buscar setas! (sabios y prácticos consejos para la recogida), El rovelló y sus acompañantes, La trufa, joya de la corona del bosque y Dos factores a tener en cuenta (composición del suelo y época de recolección) y el cuarto capítulo es la Conclusión en la que nos indica los pasos para la identificación.
El resto del libro lo dedica a descripción de un buen número de especies con grupos de láminas o grabados excepcionales en vivos y fieles colores. Al final el índice de nombres vulgares y científicos.
Rafael