viernes, 17 de septiembre de 2010

Craterellus cornucopioides (L.:Fr.) Pers.

ATLAS MICOLÓGICO (XXXI)


Craterellus cornucopioides (L.) Pers.



Descripción.- La conocida como trompeta de los muertos o cuerno de la abundancia, pone de manifiesto la delirante imaginación de los aficionados a la micología. Lo de los muertos huele a cadáver. Y lo de la abundancia, pues mire Vd. depende. Se trata de una seta considerada como buen comestible y con amplias posibilidades para su conservación. Es un hongo en forma embudada de coloracion negruzca, mas clara el área himenial y que crece en grupos numerosos bajo planifolios y en ambientes muy húmedos.

Fotografía.- Sacada el dia 16 de Septiembre a la orilla de un bosquete de robles por la zona de San Miguel del Camino.

Receta.-Admite muy bien la desecación, pudiendo utilizarse para “trufar” embutidos. Y una vez molida  proporciona un agradable sabor fúngico tanto a platos de carne como de de pescado.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

XXXVI SEMANA MICOLÓGICA

Este grupo de amigos de la Asociación Micológica Leonesa, está en condiciones de adelantar el programa de la trigesimosexta Semana Micológica. Las conferencias se desarrollarán, posiblemente por última vez, en el Salón de Actos de la Obra Cultural de Caja España de la calle Santa Nonia. El programa, según nuestras fuentes, queda como sigue:


El martes dia 3 de Noviembre D. Santiago de Castro Alfageme, presidente de la FAMCAL, hablará sobre  " Riesgos sanitarios por consumo de setas comestibles" y es un experto.

El miércoles dia 4 D. Arsenio Terrón Alfonso del Departamento de Biologia Vegetal de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León, disertará sobre el tema "Relaciones entre hongos y plantas"

El jueves 4 estará dedicado a la micogastronomía, siendo Dª Pilar Yanguas Loredo quien con la charla sobre "Formas sencillas de cocinar las setas" activará papilas gustativas y jugos gástricos de los asistentes.

Y finalmente el viernes dia 5 de Noviembre será D. Feliciano Rodriguez Martínez, miembro fundador de la Asociación Micológica quien cerrará las conferencias de la Semana con una "Navegación por el mundo de los hongos" que presumimos amena e interesante.

La exposición micológica a partir de las 11 de la mañana del dia 7 en el Patio del Palacio de los Guzmanes, sospechando por nuestra cuenta, que quizá también sea la última vez en ese marco. La excursión para la recogida de ejemplares se realizará el dia anterior, sin estar aún confirmado el autobús de la Diputación que traslade a los sufridos aficionados. Supongo que la Asociación Micológica informará detalladamente a los asistentes en el momento adecuado.



sábado, 11 de septiembre de 2010

Ganoderma aplanatum (Pers) Pat

ATLAS MICOLÓGICO  (XXX)


Ganoderma applanatum (Pers.) Pat.
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 Sinónimos: Polyporus merismoides Corda; Fomes nigrosporum Lázaro; Ungularia subganodermica Lázaro.
Nombre vulgar: Yesquero aplanado
 
Descripción.-  Sombrero de dimensiones considerables, 10 y 50 cm de diámetro, como abanico plano semicircular de hasta 10 cm de altura, formado por círculos concéntricos de formación anual. Cubierta fina pero dura, mateada, casi siempre cubierta de esporas ferruginosas, con margen más o menos grueso que, según la edad, es blanco, amarillento y finalmente ocre. El himenóforo está compuesto por poros circulares diminutos de color blanco en ejemplares jóvenes que se tornan marrones al frotarlos. Carne esponjosa de color canela con infiltraciones blancas en ejemplares viejos. Esporas ovaladas de 8 x 6 μm, de color marrón oscuro con capa verrugosa. Seta que aparece durante todo el año como saprofita de troncos inermes o como parásito de árboles de hoja caduca, habitualmente en hayas, robles, álamos y otros en menor medida

Fotografía.-Hecha el 25.08.10 sobre un roble viejo de grandes dimensiones, cubierto de hiedra, en la zona cantábrica.

Gastronomía.- No reviste interés. Es una de las especies mas codiciadas por la medicina tradicional hasta el punto de tener todo un mercado internacional con gran demanda.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Laetiporus sulphureus (Bull. es. Fr.) Murriel

ATLAS MICOLÓGICO (XXIX)


Laetiporus sulphureus  (Bull.) Murrill

 
Sinónimos: Polyporus sulphureus (Bull. es. Fr.) Karsten; Boletus caudicinus Scop. ex. Pollini; Polyporus imbricatus (Bull.) ex Fr.- Nombre vulgar: poliporo azufrado.
 
Descripción- Sobre troncos de varias especies como el roble, castaño, haya, etc. de primavera a otoño.
Su sombrero, compuesto de varios lóbulos o abanicos superpuestos en forma imbricada, es de color amarillo en la parte inferior y anaranjado en la superior, muy llamativo en ambos casos al principio de su desarrollo y luego más blanquecino;  puede alcanzar hasta los 50 cm de largo por 25 de ancho. Su himenóforo consta de tubos  de unos 3 a 5 mm de largo que segregan a menudo gotas acuosas de color amarillo. Esporas amarillo-pálido ovoideo-elípticas. De 4 a 6 μm. Su carne, blanquecina, es blanda al principio y luego más leñosa de sabor acidulado y olor intenso agradable.

Fotografía.-Este ejemplar, cuya fotografía no se pudo tomar in situ por circunstancias que no vienen al caso, fue hallado ahora a final de agosto sobre un roble en la Cornisa Cantábrica.

Gastronomía.- Sin interés ni valor culinario aunque de joven vale para el consumo pero en estado adulto no se recomienda el mismo pues puede presentar peligro de toxicidad.

lunes, 6 de septiembre de 2010

CRÓNICAS GEORGIANAS

Breve crónica de una reforma anunciada.


No deseo emular a Gabriel García Márquez con el título pero en los prolegómenos del verano en nuestras tertulias informales se habló de que nuestro local social necesitaba una mano de pintura y efectivamente aparentemente todo quedó en la reiterada frase cien por cien de cuño nacional del “hay que...” hasta que, por fin, unos cuantos socios “echaos p'alante” sacrificando su tiempo libre, se arremangaron y pusieron con cierto amor propio manos a la obra y un poco hoy, otro poco mañana, la operación se ha llevado a buen término tras casi dos meses de labor.

Con más voluntad que medios (baste de ejemplo que hubo que reciclar el cubo y la fregona atándola con un alambre para poder aprovecharla) se fueron completando las distintas fases de la operación: desplazamiento de mobiliario y enseres con el doble fin de protegerlos y de que no estorbaran; limpieza previa de telarañas -omnipresentes dondequiera que haya algo estático- polvo y basura acumulados; eliminación de desconchones a base de espátula, detección y eliminación de grietas para dar las pertinentes manos de pintura, incluidas ventanas, contraventanas y sus barrotes, etc. y luego volver a colocar todo en su sitio.

La verdad es que el local ya dejó su años mozos bastante atrás y pedía un “aggiornamento” sin grandes pretensiones pero necesario. No sólo se centró en la aplicación de la brocha gorda sino que también se aprovecharon las losetas de cerámica para cubrir la repisa bajo las ventanas, con lo cual se mataron varios pájaros de un tiro: se enlució la citada repisa y a la vez se dejó libre el hueco bajo el fregadero eliminando así un posible nido de arácnidos o criaturas similares y haciendo espacio para una minibodega. Hubo también cerámica para recubrir la pared junto al susodicho fregadero y protegerla así del calor de la estufa y de las salpicaduras inherentes a la limpieza de útiles culinarios máxime cuando haya elementos lípidos de por medio.

Se han notado las buenas manos y el buen hacer en asuntos de bricolaje de uno de nuestros compañeros que, haciendo uso de sus propios medios, ha hecho estas pequeñas-grandes maravillas. Total, que lo único que se ha gastado ha sido en pintura y derivados del yeso.

Tras una limpieza general a fondo y con todo de nuevo en su sitio, esperamos que este olor a nuevo (“ça sent neuf” como alguien podría apostillar) dure mucho tiempo para disfrute de todos. Podemos decir que el local estaba sin tocar desde su ocupación y que fue “remodelado” en el verano de 2010. Así nuestros socios sucesores, dentro de 100 años, cuando ya estemos todos calvos, podrán también hacer cábalas con el aniversario de su arreglo, etc. efemérides que coincidiría con el 1.200 aniversario de la fundación del Reino de León.

Me viene a la memoria un hecho acontecido en los años 60 cuando yo era estudiante en un colegio de frailes, como tantos de nosotros en aquellos años. En quinto y sexto de bachiller, nos daba latín el bonachón de D. Silvano, a la sazón cura-párroco de un pueblo cercano al colegio. Con gran denuedo y esfuerzo, había logrado arreglar su destartalada iglesia, pidiendo aquí y allá ayuda económica y de materiales. El día de la reapertura, todo ilusionado, abrió sus puertas para mostrar a sus feligreses el resultado y cuando esto ocurría, sintiéndose él todo orgulloso y satisfecho de ello, alguien entre ellos profirió una frase lapidaria: “pa la mamarrachada que nos hizo...”

La opinión es libre y, esto planteado, cada cual puede aceptar, discrepar o abstenerse de emitir un juicio personal sobre lo se ha hecho aquí. La mejor voluntad no ha faltado.

(Diferentes fases de la restauración , el grupo de los "echaos p`alante" y el resultado final de su trabajo
Juraría que el agradecimiento de la Asociación Micológica será manifiesto.
archivosdemicologia)





Rafael Gallégo Rodriguez

jueves, 26 de agosto de 2010

Scleroderma citrinum Pers.

ATLAS MICOLÓGICO (XXVIII)


 
Descripción.-Las Sclerodermateceas se caracterizan por tener un exoperidio muy duro con la gleba formando celdillas. La apertura superior o peristoma, por la que se expulsan las esporas es superficial ,sin el cono típico que se forma en los Geastrum. Se trata esta seta de un semihipogeo de coriácea y gruesa envoltura de color gris- crema- amarillento, recubierta de escamas planas y poligonales, que contiene una gleba que en su madurez toma colores violáceos. Alcanza los 8 o 10 cm y crece agrupada en terrenos húmedos de carácter preferentemente silíceo, en primavera y otoño.

Fotografia.- En un claro entre los melojos en el monte de Matahijadas en el dia de hoy.

Receta.- Los ejemplares pequeños,  en alguna ocasión, hay quién ha tratado de pasarlos como trufas. Supónese que mediante algún tratamiento previo para cambiar su aspecto, consistencia, color y olor. Sino, no se entiende. De todas maneras, cuando compres trufas en conserva, vigila y controla. Estas huelen a ajo.

viernes, 6 de agosto de 2010

A FALTA DE SETAS...buenos hubieran sido...(pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo)...

Los rigores del presente estío dan opciones nulas o prácticamente nulas a aventuras micológicas. De ahí que un grupo de discípulos de San Jorge decidieran probar suerte en el reino animal en lugar del reino fungi intentando capturar unos cangrejillos.

La cosa en principio no revestía grandes dificultades y tras las llamadas de rigor para coordinar la estrategia y avituallamientos, dos salimos a la hora en punto prefijada, 12.00 a.m. de León hacia La Vecilla para recoger a otros dos de los participantes y luego un quinto en Cistierna. No había razones aparentes para pensar que el día se torciese y todo salió a pedir de boca; para los diablillos, ¡claro!.
Al que suscribe se le dijo que no necesitaba llevar nada, aparte de las manos en el bolsillo y lo puesto, por descontado...pues ya picaríamos algo por el camino y herramientas había suficientes. Menos mal que el tercer expedicionario se aprestó a cargar unas viandas para dar cuenta de ellas en el momento oportuno, porque sino...hubiéramos llegado con aquello precisamente... las manos en los bolsillos.


Recogimos al cuarto en discordia a la salida de La Vecilla y seguimos camino pero nada más pasar Boñar saltó la primera alarma ya que el de las viandas se percató de que no habíamos hecho acopio de pan y que se había olvidado una lata de sardinas en casa y también de algo más grave para la circunstancia; ¡tampoco había cogido los reteles!. No hubo más remedio que desandar el camino recorrido porque, como no nos apostáramos a la vera del río e hiciéramos las imprecaciones ad hoc para animar a los cangrejos a que salieran en son de paz y buena voluntad, desconozco otra alternativa de pescar los codiciados crustáceos. Sí es verdad que, entre nosotros, contábamos con buenos medios para dichas preces si bien no llegamos a utilizarlos. Recogidos los reteles y puestos de nuevo los cinturones, hubo que bajar por las sardinas pues se habían vuelto a olvidar.
De regreso para coger los reteles paramos donde Maxi en Boñar para comprar el pan pero ya  barruntamos lo peor al observar a una dama que salía de la tienda con un saco harinero de papel y luego se confirmaron nuestras sospechas, pues en el mismo se llevaba las últimas hogazas de pan de Manganeses, por lo que hubo que hacer otra paradina en La Vecilla para adquirir el derivado de cereal.

A eso de las 2.00 p.m. llegamos a Cistierna para recoger al quinto contendiente y entre saludos y un tentempié, que nos vino de perillas, por lo que más adelante contaré, casi nos dieron las 3.00 p.m. para seguir seguir ruta por Almanza y Sahagún hasta Osorno, nuestro “cercano”destino. Ya no recuerdo la hora de llegada, entre las 4.00 y las 5.00 p.m. eso sí, sin ningún otro contratiempo de momento. Nada de ponerse a comer, había que colocar los reteles cuanto antes, cubriríamos los cupos en menos que canta un gallo. Los estómagos podían esperar. Menos mal que habíamos matado el gusanillo con aquel piscolabis con el que nos depararon unos amabilísimos anfitriones en la parada en Cistierna a base de buen embutido y unos caracoles con una salsa de toma pan y moja.

Nos encontramos con la sorpresa de que el camino de bajada al canal lo habían bloqueado con una valla de reciente colocación, así que tuvimos que dejar los coches arriba y bajar todo a pinrel. En la valla no había ningún cartel advirtiendo ni prohibiendo nada, por que lo la bordeamos y seguimos aunque luego vino lo que vino y que luego mencionaré.

Aguas abajo del puente del Canal de Castilla,dejamos colocados los artilugios de pesca con todos los requisitos que exige la reglamentación para que la vigilancia no tuviera motivo de llamarnos la atención. Alguien osó repetir entonces: “en un momento, llegamos al cupo” y añadió dirigiéndose a mi: “¿quieres ver un cangrejo ya?” Acto seguido sacó el retel y mira tú por donde, estaba vacío. Mal presagio.“Ya saldrán, no te preocupes”. Pero el tiempo pasaba y... nada, uno aquí, dos allí, éste no da la talla...Eran las 6.00 y pico de la tarde y cambiamos los reteles más abajo dejando la mermada cosecha de unos 35 ejemplares en recipiente, tipo huevera de alambre, con tapadera, colgada de un arbusto y medio metida en el agua para mejor conservarlos y a esperar a que la diosa fortuna nos agasajara con algunos más.

Por fin decidieron que había llegado la hora de hacer la merienda-comida, casi merienda-cena pues lo único que habíamos ingerido eran unas cervezas con las que amablemente nos obsequió una amable alma caritativa que andaba por allí cumpliendo con su trabajo. Este fue el lado positivo porque el negativo fue otro individuo que nos echó una bronca por no haber respetado la valla y pescar precisamente en aquel punto, donde por cierto nunca había habido ningún incidente en ocasiones anteriores a decir de los veteranos. Casi nos amargó tan esperado ágape.

Llegó la hora de hacer balance de cupos, que casi no llegaron a dos, y entonces, llegó el apoteósico momento. Al tirar de la cesta de los cangrejos metidos a remojo para contarlos con los otros y volver a comprobar la exigua cantidad cosechada, alguien notó que sólo había 3 dentro. ¿Dónde estaban los otros?. Alguien insinuó que alguien los había escondido para bromear. Pensaron que estarían con los demás. En fin, los susodichos no aparecieron. ¿Qué había pasado?. Pues nada, siguiendo los naturales instintos de todo prisionero, habían buscado la forma de evadirse y, por cierto, lo lograron, para su felicidad y para perplejidad de sus captores. Alguien comentó que si alguien había tropezado en la cuerda y esto había provocado el vuelco de la cesta, pero claro, esto es difícil de de terminar y no merece la pena llevar a cabo una investigación policial con ADN, huellas dactilares, etc.

Así que con dos palmos de narices, entre bromas y risas nos replegamos hacia los vehículos con unas tres docenas de animalitos pinzados. Buenas pinzas sí tenían pues, para completar el evento y en venganza, a uno le aplicaron un buen pellizco. Para rematar, una vez cocidos, algunos casi no tenían chicha.

Alguno llevó dos o tres para enseñárselos al nieto pero a él mismo, recordando el día, luego le daba la risa en solitario y el nieto le preguntaba: abuelo, ¿qué te pasa?. ¡Angelico!

En una palabra, un día que resultó memorable para nuestros anales. ¡Otra vez será!



Rafael Gallego Rodríguez