Tal vez sólo sea una pequeña deformación del instinto micológico pero así me ocurrió al abrir hoy la página de La Crónica. Esta foto de estos ancianos parece la de dos setas. Sobre todo la de la de la derecha; un hongo, un Boletus pinophilus, en sus prolegómenos, aunque el sombrero, boina en este caso, haga honor a su color negro. Boina negra suele ser fiel compañera del cabello canoso. Alguna tal vez penséis en un Hygrophorus marzuolus. Pero bueno...eso da igual, porque las fotos de la naturaleza o más bien de las setas -y. en eso estaréis de acuerdo conmigo- no siempre son fieles a la realidad y, si no estáis de acuerdo, mirad una foto de una seta en dos o tres libros distintos.
Puestos a hacer elucubraciones mentales, el de la izquierda podría parecer un Hericium erinaceum.
Algo al final, algo parece claro. Creo que la imagen responde más bien a la definición de leonés de Pedro G. Trapiello: "Paisano con gorra detrás de una sebe".
No he pretendido nada más que hablar de mis sensaciones delante de esta foto. El artículo de La Crónica habla de la despoblación de los núcleos rurales y señala, entre otras cosas, que en muchos pueblos la mayoría de los pocos habitantes que quedan no son sino jubilados. Con relación a las setas, esto tiene dos lecturas: una es que, algunas las podemos considerar como esos últimos habitantes de esos pueblos en vías de despoblación, otrora llenos de vida con abundancia de "ejemplares" y otra que, al quedar pocos, tenemos que cuidarlos con mucho cariño. ¿No os parece?
Una imagen puede provocar reacciones muy distintas en diferentes personas y eso es normal porque cada una mira desde su perspectiva y dentro de unos parámetros. Es cierto que a muchos esa imagen no les dirá nada o bien no saben observar o lo que se les presenta les pasa desapercibido. Caminan pero no saben donde pisan.
Un saludo a todos los "archiveros".
Rafael Gallego Rodríguez