Sabíamos desde hace tiempo que las setas se comunicaban entre si mediante impulsos eléctricos a través de sus redes miceliares. (Ver entradas del 08/01/2023 y 05/04/2019). Y eso es algo que los aficionados teníamos asumido.
Ocurre, que a un biólogo canadiense, Tarum Nayar por mas señas, se le ocurrió conectar mediante sensores aplicados al carpóforo o al micelio de diferentes especies micológicas, a un sintetizador modular que traducían esas señales o picos eléctricos, en sonidos. Sonidos que variaban y modificaban las notas musicales, el tempo, la nota y el timbre y dependiendo todo ello de factores externos, como el movimiento, la presión, la temperatura ejercida sobre la especie artista. Los efectos “musicales” varían dependiendo de la seta. A continuación, un concierto de Armillarias.
Sensibles como somos al arte musical, los aficionados a la micología nos preguntamos:
- ¡Bueno, y de lo mío, qué!
Y es aquí, donde va la propuesta.
Una vez abierto el camino, la Asociación Micológica Leonesa San Jorge, debería de crear un grupo específico con aficionados voluntarios, que aplicando los métodos de trabajo anteriores, trate de entrar en contacto con todas las especies nativas, con sensores y electrodos por ambas partes, para informar y ser informado de las actividades previstas por unos y otros.
Insistimos. Es una propuesta y voluntaria.
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