martes, 24 de junio de 2025

Prado y Vallo, Casiano de (1797- 1866)

 


Hijo de Melchor de Prado y Mariño, arquitecto, escultor y liberal constitucionalista, nace Casiano de Prado y Vallo, en Santiago de Compostela un 13 de agosto, en el seno de una Nación convulsa.

Aficionado a las ciencias naturales inició estudios superiores en el Real Colegio de Farmacia de San Carlos en la Universidad de Santiago de Compostela. Estudios que se vieron truncados por su condición de liberal en ejercicio, convencido y practicante y que le llevaron a prisión, por orden del señor conde, en este caso el de Maceda (que a la vez era alguacil mayor de la Inquisición), por un periodo de 15 meses. Comenzó entonces un vaivén de idas y venidas, que se prolongó, en un principio, hasta que aconsejado por su padre, puso rumbo semiexiliado a Madrid con el fin de mantener la tradición familiar y estudiar arquitectura.

Pero Casiano no debía de estar por la labor y por influencia de un amigo, a la sazón consejero de Estado, se reencontró con su afición naturalista,     iniciando estudios en la Cátedra de Química Docimástica, en la Dirección General de Minas. La docimástica trata del estudio que determina los metales y su proporción en cualquier mineral.

Concluidos sus estudios en 1929, el bueno de Casiano vuelve al vaivén de idas y vueltas conocidas de sus años mozos. Es alumno pensionado en la Academia de Minas de Almadén, pasando entre otras minas por Rio Tinto y Linares (5 años). Siendo ya Ingeniero de Minas de 3ª clase, fue destinado a la Inspección de Minas de Aragón y Cataluña (5 años) de donde fue depurado por su apoyo a Espartero (1 año). Durante la regencia de éste volvió a su actividad político-profesional en las minas de Almadén (2 años). Y vuelta al tiovivo, tras el levantamiento absolutista, y tras múltiples y variados traslados (2 años) como funcionario que era, optó por hacerse autónomo y pasarse a la privada.

Es entonces cuando Casiano llega a Sabero, con el fin de valorar su formación carbonífera de cara a la explotación comercial (2 años). Y es ahí donde reúne la más completa de las colecciones de la flora carbónica española, hasta la fecha.

Pero, vuelta la burra al trigo, retoma su carrera administrativa como director de las minas de Rio Tinto (2 años) Y es hasta ahí donde llega su carrera como funcionario estatal.

Durante todos esos años, Casiano de Prado había sacado tiempo para hacerse con un cierto prestigio científico, tanto nacional como internacional por sus aportaciones y controversias en diferentes revistas y alguna publicación editorial, como fue la Vindicación de la Geología de 1835.

 


       

          


Es por entonces cuando retoma sus investigaciones tanto sobre la prehistoria y sobre lo que sería en su momento el “hombre fósil”. Se constituye de aquella la multidisciplinar Comisión del Mapa Geológico de España, que consolidó científicamente la arqueología prehistórica nacional, que tanto entusiasmo producía a Casiano de Prado. Así como la Paleontología, Mineralogía, Meteorología, Zoología y Botánica. Investigo la existencia de fósiles humanos en diferentes cavernas. Entre ellas la de Colle en León y la de Muda en Palencia. Estudia los Grapholitos de Astorga. Fue por ello precursor de la Paleontología y la Paleobotánica en nuestro país. Esto le permitió realizar múltiples y variadas publicaciones sobre el tema. Entre ellas “Note géologique sur les terrains de Sabero et de ses environs dans les montagnes de León (Espagne)”, en colaboración con Felipe Eduardo Poullieter de Verneuil, que alcanzó una gran resonancia internacional, lo que influyó para ser miembro de  Societé Géologique de France, de la Sociedad Meteorológica de Francia y otras distinciones como comendador de la Real Orden Militar de Cristo, de Portugal , la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y comendador de la Orden de Carlos III, que nunca admitió, como buen republicano que era.

Pero como Jano, presentaba una segunda cara y ajena a la Geologia. Era la pasión por la montaña que le convirtió posiblemente en el primer montañero del país. Es durante su estancia en Sabero, cuando Casiano de Prado se topa con las moles calizas de la montaña cantábrica, que se conocían como montes o peñas de Europa y las nomina como Picos de Europa. Desde entonces y en los años siguientes, se pone como objetivo el estudio topográfico y detallado de esta formación montañosa, tratando entre otras cosas, de determinar la altitud de sus cimas mas representativas. Son estos estudios y excursiones, las que dan pie a la publicación de varios artículos sobre el tema como son

“Altura de los picos de Europa situados en el confín de las provincias de León, Oviedo y Santander, sobre el nivel del mar”, en la Gaceta de Madrid.

“Sur l’existance de la fauna primordiale dans la chaine cantabrique, par M. Casiano de Prado suivi de la discription des fossiles, par MM. De Verneuil et Barrande”, en Bulletin de la Societé Géologique de France.

“Valdeón, Caín, la Canal de Trea. Ascensión a los Picos de Europa, en la Cordillera Cantábrica”, en Revista Minera.

Y fue Aymar d'Arlot, Conde de Saint- Saud,  el continuador, 25 años después de la exploración y puesta en valor de la naturaleza y geografía de los Picos de Europa.

 

Quizá la obra mas importante de Casiano sea “Descripción física y geológica de Madrid” en donde asocia la Geología moderna con el Paleolítico de toda la vida. Un año después de su publicación, el Geólogo, Paleontólogo, Espeleólogo y Montañero Casiano de Prado y Vallo fallece en Madrid en 1866.

Poros rojos

 

Peñacorada

 

 

 

 

 

 

 

 

Bueno, bueno. ¡Y de lo mio, que!

Hay diferentes motivos para incluir a Casiano de Prado en este apartado de <Micología histórica>

Siendo Casiano un científico de la prehistoria y teniendo en cuenta sus estudios botánicos, no sería de extrañar que entre los fósiles estudiados por él, aparte de trilobites y amonites, apareciera algún ejemplar micológico, aunque no quedara registrado dada la nula consideración que tenía por entonces la Micología en España. Y aún más teniendo en cuenta que el registro mas antiguo conocido de entre los hongos, conservado en ámbar, data de más de 85 millones de años y en estado fósil llegan a alcanzar los 115 millones

Por otra parte, y no menos importante, la Asociación Micológica Leonesa San Jorge, realizó en este pasado fin de semana una escapada al encuentro de los boletos de poros rojos a la zona de La Llama de la Guzpeña.  Los que son boletos de poros rojos, ni muchos ni variados. Pero si es verdad que se llegó hasta los pies de Peñacorada, desde cuya cima (1832 msnm) Casiano de Prado, pudo hacerse una idea de la magnitud de los Picos de Europa y triangular muchas de sus cimas. Con eso, nos es más que suficiente.

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