Hijo de Melchor de Prado y Mariño, arquitecto, escultor y
liberal constitucionalista, nace Casiano de Prado y Vallo, en Santiago de
Compostela un 13 de agosto, en el seno de una Nación convulsa.
Aficionado a las ciencias naturales inició estudios superiores
en el Real Colegio de Farmacia de San Carlos en la Universidad de Santiago de
Compostela. Estudios que se vieron truncados por su condición de liberal en
ejercicio, convencido y practicante y que le llevaron a prisión, por orden del
señor conde, en este caso el de Maceda (que a la vez era alguacil mayor de la
Inquisición), por un periodo de 15 meses. Comenzó entonces un vaivén de idas y
venidas, que se prolongó, en un principio, hasta que aconsejado por su padre,
puso rumbo semiexiliado a Madrid con el fin de mantener la tradición familiar y
estudiar arquitectura.
Pero Casiano no debía de estar por la labor y por influencia
de un amigo, a la sazón consejero de Estado, se reencontró con su afición naturalista, iniciando estudios en la Cátedra de Química
Docimástica, en la Dirección General de Minas. La docimástica trata del estudio
que determina los metales y su proporción en cualquier mineral.
Concluidos sus estudios en 1929, el bueno de Casiano vuelve
al vaivén de idas y vueltas conocidas de sus años mozos. Es alumno pensionado
en la Academia de Minas de Almadén, pasando entre otras minas por Rio Tinto y
Linares (5 años). Siendo ya Ingeniero de Minas de 3ª clase, fue destinado a la
Inspección de Minas de Aragón y Cataluña (5 años) de donde fue depurado por su
apoyo a Espartero (1 año). Durante la regencia de éste volvió a su actividad
político-profesional en las minas de Almadén (2 años). Y vuelta al tiovivo,
tras el levantamiento absolutista, y tras múltiples y variados traslados (2
años) como funcionario que era, optó por hacerse autónomo y pasarse a la
privada.
Es entonces cuando Casiano llega a Sabero, con el fin de
valorar su formación carbonífera de cara a la explotación comercial (2 años). Y
es ahí donde reúne la más completa de las colecciones de la flora carbónica
española, hasta la fecha.
Pero, vuelta la burra al trigo, retoma su carrera
administrativa como director de las minas de Rio Tinto (2 años) Y es hasta ahí
donde llega su carrera como funcionario estatal.
Durante todos esos años, Casiano de Prado había sacado tiempo
para hacerse con un cierto prestigio científico, tanto nacional como
internacional por sus aportaciones y controversias en diferentes revistas y
alguna publicación editorial, como fue la Vindicación de la Geología
de 1835.

Es por entonces cuando retoma sus investigaciones tanto sobre
la prehistoria y sobre lo que sería en su momento el “hombre fósil”. Se
constituye de aquella la multidisciplinar Comisión del Mapa Geológico de
España, que consolidó científicamente la arqueología prehistórica nacional, que
tanto entusiasmo producía a Casiano de Prado. Así como la Paleontología,
Mineralogía, Meteorología, Zoología y Botánica. Investigo la existencia de
fósiles humanos en diferentes cavernas. Entre ellas la de Colle en León y la de
Muda en Palencia. Estudia los Grapholitos de Astorga. Fue por ello precursor de la Paleontología y la Paleobotánica en nuestro país. Esto le permitió
realizar múltiples y variadas publicaciones sobre el tema. Entre ellas “Note géologique sur les terrains de Sabero et de ses environs dans les
montagnes de León (Espagne)”, en
colaboración con Felipe Eduardo Poullieter de Verneuil, que alcanzó una gran
resonancia internacional, lo que influyó para ser miembro de Societé Géologique de France, de la Sociedad
Meteorológica de Francia y otras distinciones como comendador de la Real Orden
Militar de Cristo, de Portugal , la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica
y comendador de la Orden de Carlos III, que nunca admitió, como buen republicano
que era.
Pero como Jano, presentaba una segunda
cara y ajena a la Geologia. Era la pasión por la montaña que le convirtió
posiblemente en el primer montañero del país. Es durante su estancia en Sabero,
cuando Casiano de Prado se topa con las moles calizas de la montaña cantábrica, que se conocían como montes o peñas de Europa y las nomina como Picos de Europa. Desde entonces y en los años siguientes, se
pone como objetivo el estudio topográfico y detallado de esta formación
montañosa, tratando entre otras cosas, de determinar la altitud de sus cimas mas
representativas. Son estos estudios y excursiones, las que dan pie a la
publicación de varios artículos sobre el tema como son
“Altura de
los picos de Europa situados en el confín de las provincias de León, Oviedo y
Santander, sobre el nivel del mar”, en la Gaceta de Madrid.
“Sur
l’existance de la fauna primordiale dans la chaine cantabrique, par M. Casiano
de Prado suivi de la discription des fossiles, par MM. De Verneuil et
Barrande”, en Bulletin de la Societé Géologique de France.
“Valdeón,
Caín, la Canal de Trea. Ascensión a los Picos de Europa, en la Cordillera
Cantábrica”, en Revista Minera.
Y fue Aymar d'Arlot, Conde
de Saint- Saud, el continuador, 25 años
después de la exploración y puesta en valor de la naturaleza y geografía de los
Picos de Europa.
Quizá la obra mas importante de Casiano sea “Descripción física y geológica de Madrid” en donde asocia la Geología moderna con el Paleolítico de
toda la vida. Un año después de su publicación, el Geólogo, Paleontólogo,
Espeleólogo y Montañero Casiano de Prado y Vallo fallece en Madrid en 1866.
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Poros rojos |
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Peñacorada |
Bueno, bueno. ¡Y de lo mio, que!
Hay diferentes motivos para incluir a Casiano de Prado en
este apartado de <Micología histórica>
Siendo Casiano un científico de la prehistoria y teniendo en
cuenta sus estudios botánicos, no sería de extrañar que entre los fósiles
estudiados por él, aparte de trilobites y amonites, apareciera algún
ejemplar micológico, aunque no quedara registrado dada la nula consideración
que tenía por entonces la Micología en España. Y aún más teniendo en cuenta que
el registro mas antiguo conocido de entre los hongos, conservado en ámbar, data
de más de 85 millones de años y en estado fósil llegan a alcanzar los 115
millones
Por otra parte, y no menos importante, la Asociación
Micológica Leonesa San Jorge, realizó en este pasado fin de semana una escapada
al encuentro de los boletos de poros rojos a la zona de La Llama de la
Guzpeña. Los que son boletos de poros
rojos, ni muchos ni variados. Pero si es verdad que se llegó hasta los pies de
Peñacorada, desde cuya cima (1832 msnm) Casiano de Prado, pudo hacerse una idea
de la magnitud de los Picos de Europa y triangular muchas de sus cimas. Con eso,
nos es más que suficiente.