… San Froilan
pervenit.
Lo que San Jorge no puede, San Froilán lo procura. Y aunque
no sea así exactamente, nos viene que ni pintado.
San Froilán, patrón de León, aquel que con su mirada consiguió
que el lobo feroz llevara sus propias alforjas, cuando hambriento atacaba a su
asno, ha sido capaz de otros sucedidos milagrosos.
Miles de aficionados, muchos de ellos a las setas, en sus
carros engalanados y con sus pendones, acuden anualmente en esta fecha, al
santuario de la Virgen del Camino en León para honrar al patrón. Tienen por
costumbre “tocarle las narices” al santo y, entre otras cosas comprar y comer “perdones”
(avellanas).
Y este año, en vista de la pertinaz sequía anual, que pone en
jaque incluso la exposición micológica de la Semana de San Jorge , el ínclito
san Froilán, por una vez y sin que sirva de precedente, obró el milagro de
transformar las avellanas en setas. Gracias, gracias, pero tampoco fue para
tanto.