No hace falta sumergirse en
nuestras bibliotecas micológicas ni salir al campo para encontrarse con setas.
El otro día, entré en un bar de
un pueblo de montaña cuya decoración era cuando menos de un gusto peculiar que
yo estuve observando. Entre los muchos artilugios, fotos, etc. había colgado un
calendario de Caja España Caja Duero. Yo no había reparado en dicho calendario en
todo este año aunque haya miles de ejemplares por esta geografía y el año ya
esté en sus últimos estertores. Es cierto que, en su día, pedí un ejemplar en una sucursal pero me
dijeron que ya estaba agotado.
Todavía no habían pasado a la
hoja de diciembre y me llamó la atención la imagen del mes de noviembre, página
en la que estaba. En esta imagen aparece en el fondo un bosque muy cerrado,
¡averigua de qué árboles!, aunque lógicamente debería tratarse de un abedular.
Lo digo porque las setas que aparecen en primer plano tienen toda la pinta de
ser Lactarius torminosus. Tal vez su
autor pueda aclararnos este extremo. La hierba asalmonada también desconcierta
a la hora de identificar.
Es curiosa la estampa de los dos
personajes centrales con atuendo un tanto extraño para el campo. El de la
izquierda es sin duda un buscador de setas, pues al menos lleva cesta, pero el
de la derecha parece un ornitólogo que, por equipo, lleva una mochila. ¿Qué
hacen? ¿Hablan de setas o de aves? ¿Están porfiando sobre cuál de los dos tiene
mejor hobby? Tal vez se digan que ese pájaro come ese tipo de setas y que el
setero las tiene que dejar para él o que esa seta no es beneficiosa para el
animalito y que debe tener cuidado con ella. Quizás estén enfrentados y estén
amenazándose cada uno con su arma. Es posible también que el ornitólogo sea del
gremio de cetrería y cace setas asustando al setero con el ave aunque no parece
de rapiña.
Mi conclusión personal es que
existe una afición que desconocemos: la ornitomicología.
Debajo de la imagen aparece una
frase de Paulo Coelho: “Nunca desistas de
un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él”. Aplicable a
seteros.
Esta foto es muy llamativa. La
tomé en la capilla del hospital. El frente del Belén que hay delante del altar está
cubierto con este lienzo tan precioso. Pensé que era iberoamericano pero me
dijo el capellán que procedía de África. Se aprecia con nitidez que hay dos
dibujos con setas sobre un trozo de madera por lo que se deduce que son del
orden Aphillophorales pero ¿qué género y especie? ¡A ver si hay
algún avezado que lo averigüe!
Me encantó ver que las setas
también tienen un hueco en la casa de Dios, como ya hemos visto en algún
fresco.
Como veis, si observamos las
cosas pequeñas, la sorpresa puede saltar y darnos una pequeña-gran
satisfacción. Podía contaros otros casos pero por ahora vale.
Rafael Gallego