sábado, 30 de mayo de 2015

Carotenos y carotenoides




Los carotenoides forman un extenso grupo de pigmentos orgánicos que  se encuentran de manera natural en diferentes plantas. El beta-caroteno es el carotenoide mas abundante en la naturaleza y de capital importancia para la dieta humana dando lugar con su ingesta a la formación de la vitamina A. Por su espectro de absorción de la luz, el beta-caroteno refleja una coloración rojizo-anaranjada frecuente en multitud de vegetales.




Y todo esto, para tratar de explicar la típica coloración rojiza del grupo de Amanita muscaria detectadas por archivosdemicologia durante estos días en un robledal de Quercus pyrenaica cerca de la capital.

Lo que no nos explicamos es el tono multicolor que toman los propios árboles. ¿Contendrá su corteza Carotenoides? ¿Serán Cantaxantinas? ¿O tal vez Sesquiterpenos?
La duda nos asalta.  

miércoles, 27 de mayo de 2015

Último Martes Micológico del Mes (UMMM)






Ayer, Último Martes Micológico del Mes (AUMMM), tuvimos la suerte y el placer de poder asistir al debut de José María Escapa García, asociado y vocal, como ponente en nuestra sede.





Nuestro compañero y naturalista -pues lo mismo le interesan las setas como las orquídeas, líquenes, lagartos,…-, departió con nosotros sobre algunos bosques de especial belleza, singularidad e importancia de la montaña oriental de nuestra provincia. 


Comenzó por mostrarnos el Acebal de Valdosín, reducto del acebo (Ilex aquifolium) y una de las últimas moradas del urogallo cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus), donde a veces pueden prosperar algunos ejemplares del género Pholiota.


El Bosque de Hormas, es un impresionante conjunto de hayas (Fagus sylvatica) y roble albar (Quercus petraea), salpicado de acebos y arándanos (Vaccinium myrtillus) hogar antaño de osos pardos (Ursus arctos) y urogallos.


El Bosque de Tendeña, formado fundamentalmente por hayas, con un importante número de tejos (Taxus baccata) centenarios, donde podemos llegar a ver desde la cabra hispánica (Capra pyrenaica) hasta algunos Cortinarius poco frecuentes.


El Bosque de Matapiojos, compuesto de robles y hayas, hábitat de numerosos Cortinarius y alguna Phaeolepiota.


El Pinar de Lillo, una de las numerosas joyas ecológicas de la provincia de León, asentamiento de la cola de caballo (Equisetum sylvaticum), donde además de pino silvestre (Pinus sylvestris), podemos admirar un buen número de robles, hayas y abedules (Betula pendula), pero sobre todo asistir a la singularidad de las turberas, donde crecen numerosas especies de hongos o musgos (Sphagnum magellanicum).


El Sabinar de Crémenes, de sabina albar (Juniperus thurifera) y sabina rastrera (Juniperus sabina), con algún quejigo (Quercus faginea) y encina ( Quercus ilex subsp. rotundifolia), que da cobijo a algunas orquídeas (Epipactis kleinii, Oprhys apifera, Ophrys ficalhoana, Ophrys sphegodes o Anacamptis pyramidalis).


La Tejeda de Peñacorada, donde los tejos salen adelante con la ayuda de las sabinas rastreras, en la que abunda el Laetiporus sulphureus.

Finalmente, abordó la cuestión de los Árboles singulares como el Haya de Valdosín, el Roble del Sestil de la Mata, el Espino de Villardefrancos y el Abeto de Boñar, a los que añadió otros, no menos importantes, como el Roblón de la Plata, La Potrona -una encina- y el Tejo de Borbonejo.

sábado, 9 de mayo de 2015

La ruta Vadiniense




 
Los vadinienses

Imbuidos por el espíritu de Corocotta, el grupo de vadinienses de  San Jorge con la del alba, tomó el camino de Lancia arriba, recorriendo  parte de un  Camino de Santiago micológico, llamado de los Picos de Europa o Ruta Vadiniense

La propuesta era tratar de localizar seta de cardo (Pleurotus eryngíi) seta de primavera (Calocybe gambosa) morillas (Morchella sp)  y cesáreas (Amanita caesarea) durante la estacion penitencial.

Nunca sabremos si fue gracias a Santo Toribio o al dios Manes, pero los objetivos marcados fueron cumpliéndose paulatinamente. O casi. Las morchellas y las cesáreas brillaron por su ausencia, pero en un momento de brillante inspiración, el subcomandante del grupo, encendiendo el móvil, pronunció las palabras mágicas:

-          ¡Teléfono! ¡Mi casa!

Oye. Mano de santo. En la pantalla aparecieron las indicaciones pertinentes, que seguidas con devoción, nos encaminaron directamente al tesoro escondido. ¡Y con un bip-bip-bip incluido!


La última especie recolectada
Tan grande fue la emoción manifiesta que, no queriendo ser culpables  de egoismo alguno, ofrecemos al mundo, la localización de nuestro hallazgo.

Gracias David, que podremos ver jugar al Valencia.