Sin hablar de política y a cuento de la seta del año de la
Asociación Micológica Leonesa San Jorge como es el Laetiporus sulphureus, vamos a dar un repaso superficial a los
hongos parásitos que son los que se desarrollan y llevan a cabo su existencia
sobre tejidos vivos, sea cual sea su origen. Y esos tejidos vivos pueden ser
entre otros, diferentes plantas, animales y, por qué no, otras especies
fúngicas. En cualquier caso, malo generalmente para el parasitado.
Con repecto a los frecuentes
parásitos de los vegetales, el Laetiporus
sulphureus, el Ustilago maydis,
la Armillaria mellea y la Ganoderma lucidum figuran en este Atlas y ya les conocemos. Hay
otros muchos, como el Kuehneromyces mutabilis, Polyporus
umbellatus, Fomitopsis y Stereum
varios, Meripilus giganteus
y Fistulina hepatica, que ya tendremos
tiempo para conocerles. No representan ni representaran mayores problemas, y
pueden ser simplemente parásitos a tiempo parcial.
Cordiceps militaris cultivada |
Otro caso es de aquellos hongos que parasitan animales. Dentro de estos
el único, o casi, entre los macromicetos es el Cordiceps militaris que
se desarrolla sobre larvas de diferentes lepidópteros, entre ellas la
Procesionaria del pino. Diferentes son las micosis humanas como los Dermatofitos
que causan el pie de atleta o varias pitiriasis. O los Aspergillus, de
los que Tutankamon o Howard Carter, tendrían algo que decirnos. Finalmente, las
especies de Histoplasma y sus variedades son conocidas por neumólogos y
oculistas, entre otros.
Xerocomus parasiticus |
Y todo esto para finalmente llegar a los hongos parásitos de otros
hongos. Es muy conocido, por frecuente la Peckiella lateritia, que
parasita y mejora la calidad gastronómica del Lactarius deliciosus. O el menos frecuente, en
nuestro entorno, Xerocomus parasiticus sobre Scleroderma citrinum. O
la Nyctalis asterospora que parásita los Russulas.
Mycogone rosea.... |
Y para terminar resulta que las Amanitas cesáreas podemos encontrarlas parasitadas por la Mycogone rosea Link, que en temporadas
lluviosas provoca la completa deformación de la especie parasitada, con atrofia
total de las láminas y recubriéndola finalmente toda ella del micelio rosado
característico de la especie parasitadora.
...y su corte |
(Con la colaboración de Rafael Gallego, José Ángel González Cuenca e Internet)
No hay comentarios:
Publicar un comentario