lunes, 2 de diciembre de 2013

Cratherellus tubaeformis (Bull.) Quèl.

Con estas llegan al centenar las especies micológicas de este Atlas de Micología Leonesa.
archivosdemicologia cree que es ello suficiente motivo para buscar la colaboración de otros miembros de la Asociación Micológica Leonesa “San Jorge”  que entienden y saben de setas, pero también tendrán que demostrar que además saben escribir. Se les anima a ello.
Y nada como terminar la centena con la colaboración del mismísimo presidente


 ATLAS MICOLÓGICO (C)


Craterellus tubaeformis (Fr.)Quèl.


Descripción.- La (o es el) Cantharellus tubaeformis, por aquello de la sinónima,  también llamado/a Cratherellus tubaeformis (Büll) (Quél)  los gurús, o sea los que saben de micología, la describen más o menos así:
Orden: (eso, eso que haya orden) Cantharellales.
Family: Cantharellaceae o por lo de la sinonimia: Cratherellaceae, que de las dos formas lo dicen, y como tal  los individuos que  pertenecen a  esta ilustre familia, son erectos, y sin láminas ni tubos. Suelen estar muy escondidos, y más de unos años a esta parte,  apenas se dejan ver por estos lares, y en nuestra Asociación Micológica, se les tenía y sigue teniendo ganas, porque nos han abandonado, como se abandonan los zapatos viejos...Ya me voy por los cerros de Úbeda. Volvamos a la rodera. El  sombrero no suele ser muy grande, llegando a los tres centímetros por regla general  e incluso algo más pequeño y el himenio está formado por pliegues decurrentes. El pie suele ser como la vara de San José, pero en pequeño, y de color amarillento, aunque en tiempos de sequía torna a pardusco. Cuentan, dicen, que viven en bosques de coníferas, y muy cespitosos, pero era en otros tiempos.

Fotografía.- Del autor, en los pinares acotados por él mismo del Curueño.

Receta.- ¿Y se come  esta seta? Todos los libros que he consultado la dan como muy buen comestible (de ahí que esté perseguida). Y vamos con la receta:
La Angula de Monte (que no de Aguinaga), se empieza limpiando a conciencia, para luego una vez sofritos unos ajos, pero sin que se nos lleguen a quemar, ya que amargarían, se vierten en la sartén y con una pizca de guindilla, se las rehoga, tal cual las gulas, y se sirven calentitas. Los hay que las acompañan con una pizca de jamón, a la hora de rehogarlas.
Buen provecho.


Julián

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