viernes, 8 de diciembre de 2017

San Jorge y otros santos




La seta de San Jorge está bien, pero solo representa a la Calocybe gambosa. Para los amigos de archivosdemicología es mas que suficiente. Como no somos egoístas y entendemos que es necesario algo mas que fé entre los aficionados para bregar con temporadas como la de este año, es por lo que proponemos una excursión/peregrinación hacia la Lombardía italiana.




Al norte de Milán, se encuentra la ciudad de Como, a orillas del lago del mismo nombre. Desde su fundación por los insurbios y recolonización por los romanos en el siglo I antes de Cristo, ha sido centro de reposo y descanso de muchas generaciones de aficionados micólogos.

De Como, además de su Catedral erigida sobre el primitivo templo de Mercurio, de sus bucólicas villas, de sus románticos palacios y de sus iglesias y sus basílicas, nos interesa esta que figura a continuación



Durante las persecuciones de Diocleciano y Maximiano en el siglo III, fueron lapidados entre otros Exanto, Casio, Severo, Segundo y Licinio, construyéndose en el lugar de su martirio una basílica en el siglo IV, dedicada a uno de estos lapidados (posiblemente por recolectar setas sin el consiguiente permiso) como fue san Carpóforo.

Carpóforo, en micologia, es la prolongación columnar del receptáculo que soporta al gineceo. Es decir la seta misma. No deja de llamar la atención, la representación pictórica del santo, al que se le simboliza junto a unos Tricholomas y a un Coprino.




¿Será san Carpóforo el santo patrón de los micólogos ajenos a San Jorge? La cuestión se propuso ya hace unos años y ahí queda.

Aunque nosotros  nunca perdimos a San Jorge.


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