miércoles, 27 de mayo de 2015

Último Martes Micológico del Mes (UMMM)






Ayer, Último Martes Micológico del Mes (AUMMM), tuvimos la suerte y el placer de poder asistir al debut de José María Escapa García, asociado y vocal, como ponente en nuestra sede.





Nuestro compañero y naturalista -pues lo mismo le interesan las setas como las orquídeas, líquenes, lagartos,…-, departió con nosotros sobre algunos bosques de especial belleza, singularidad e importancia de la montaña oriental de nuestra provincia. 


Comenzó por mostrarnos el Acebal de Valdosín, reducto del acebo (Ilex aquifolium) y una de las últimas moradas del urogallo cantábrico (Tetrao urogallus cantabricus), donde a veces pueden prosperar algunos ejemplares del género Pholiota.


El Bosque de Hormas, es un impresionante conjunto de hayas (Fagus sylvatica) y roble albar (Quercus petraea), salpicado de acebos y arándanos (Vaccinium myrtillus) hogar antaño de osos pardos (Ursus arctos) y urogallos.


El Bosque de Tendeña, formado fundamentalmente por hayas, con un importante número de tejos (Taxus baccata) centenarios, donde podemos llegar a ver desde la cabra hispánica (Capra pyrenaica) hasta algunos Cortinarius poco frecuentes.


El Bosque de Matapiojos, compuesto de robles y hayas, hábitat de numerosos Cortinarius y alguna Phaeolepiota.


El Pinar de Lillo, una de las numerosas joyas ecológicas de la provincia de León, asentamiento de la cola de caballo (Equisetum sylvaticum), donde además de pino silvestre (Pinus sylvestris), podemos admirar un buen número de robles, hayas y abedules (Betula pendula), pero sobre todo asistir a la singularidad de las turberas, donde crecen numerosas especies de hongos o musgos (Sphagnum magellanicum).


El Sabinar de Crémenes, de sabina albar (Juniperus thurifera) y sabina rastrera (Juniperus sabina), con algún quejigo (Quercus faginea) y encina ( Quercus ilex subsp. rotundifolia), que da cobijo a algunas orquídeas (Epipactis kleinii, Oprhys apifera, Ophrys ficalhoana, Ophrys sphegodes o Anacamptis pyramidalis).


La Tejeda de Peñacorada, donde los tejos salen adelante con la ayuda de las sabinas rastreras, en la que abunda el Laetiporus sulphureus.

Finalmente, abordó la cuestión de los Árboles singulares como el Haya de Valdosín, el Roble del Sestil de la Mata, el Espino de Villardefrancos y el Abeto de Boñar, a los que añadió otros, no menos importantes, como el Roblón de la Plata, La Potrona -una encina- y el Tejo de Borbonejo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario