viernes, 5 de marzo de 2010

DALE QUE DALE.....






No era la del alba. Habíamos quedado a las 9,30 horas a.m. dado que el personal "con la edad propende a la vida monacal", en palabras del insigne escritor castellano Miguel Delibes, y para que nos vamos a engañar, los socios de la Asociación Micológica, se están metiendo en años, ya han pasado la edad provecta, y están- quien más quien menos- entrando en la juventud de su vejez. Al grano, por aquello de que al vino vino y al pan con tumaca. Decía, mejor dicho iba a decir, que la víspera se había quedado en que siete aguerridos jubilatas, partirían al día siguiente a la busca y captura del cuasi hipogeo Higrophorus marzuolus, pero hete aquí que el día amaneció un tanto cubierto de nubarrones, y presagiando lluvia, con lo cual tres de los posibles componentes de la expedición se descabalgaron a la primera de cambio, eso sí, todo hay que decirlo, previo aviso de su no asistencia.


A la hora convenida el resto de la expedición partió raudo y veloz a la caza del tan deseado hongo. Tras una primera batida de unas dos horas sin resultado alguno, dimos cuenta de un suculento almuerzo (lomo, chorizo, queso , regado generosamente de buen vino prieto picudo, café y orujo) proseguimos después del piscolabis con un nuevo paseo y seguimos sin ver ningún marzuolus, aunque setas vimos, y dejo constancia de la cosecha.




El reportero Julián Cerezal.

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